Smithsonian: Edad de los bosques tropicales determina su respuesta a la sequía
Los árboles más jóvenes sufrieron más por la falta de agua, probablemente porque sus sistemas de raíces menos profundas no podían acceder a la almacenada en el suelo, pero la savia fluyó más rápido en ellos.
na parte del bosque tropical del parque La Cangreja es visto en esa reserva ubicada a 80 kilómetros de San José (Costa Rica). EFE Archivo
Panamá EFE
Un estudio del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en ingles) reveló que la edad de los árboles de los bosques tropicales es determinante en la respuesta de estos a la sequía.
A esa conclusión llegaron los investigadores luego de estudiar aspectos como el flujo de la savia y la capacidad de los árboles de retener el agua que obtienen del subsuelo, indicó el Smithsonian al hacer público hoy un informe sobre el estudio.
Los científicos del STRI aprovecharon la "sequía especialmente prolongada durante el evento de El Niño en el 2015 y 2016 para medir el flujo de savia en 76 árboles que representan más de 40 especies distintas en bosques de diferentes edades en la Cuenca del Canal de Panamá", explicó el investigador y director del proyecto Agua Salud, Jefferson Hall.
"Descubrimos que la edad del bosque importa", afirmó Hall, y resaltó que "demasiado calor y sol, además de poca agua, pueden alterar drásticamente cuáles árboles sobreviven".
Los investigadores compararon las respuestas a la sequía en parches de bosque de 8, 25 y 80 años en el proyecto Agua Salud, un experimento de uso de la tierra de 700 hectáreas en colaboración con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), el Ministerio de Ambiente de Panamá y otros socios.
El Smithsonian explicó que, a medida que las hojas de los árboles se calientan, liberan vapor de agua en la atmósfera. El agua subterránea se eleva a través de las raíces de los árboles y los troncos, tirados por el vacío creado desde arriba.
Los científicos del STRI aprovecharon la "sequía especialmente prolongada durante el evento de El Niño en el 2015 y 2016 para medir el flujo de savia en 76 árboles que representan más de 40 especies distintas en bosques de diferentes edades en la Cuenca del Canal de Panamá", explicó el investigador y director del proyecto Agua Salud, Jefferson Hall.
"Descubrimos que la edad del bosque importa", afirmó Hall, y resaltó que "demasiado calor y sol, además de poca agua, pueden alterar drásticamente cuáles árboles sobreviven".
Los investigadores compararon las respuestas a la sequía en parches de bosque de 8, 25 y 80 años en el proyecto Agua Salud, un experimento de uso de la tierra de 700 hectáreas en colaboración con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), el Ministerio de Ambiente de Panamá y otros socios.
El Smithsonian explicó que, a medida que las hojas de los árboles se calientan, liberan vapor de agua en la atmósfera. El agua subterránea se eleva a través de las raíces de los árboles y los troncos, tirados por el vacío creado desde arriba.
El autor principal de la investigación, Mario Bretfeld, comentó que "los factores más importantes para la supervivencia de los bosques jóvenes tenían que ver con su capacidad para acceder al agua en el suelo".
"Mientras, los bosques más antiguos se veían más afectados por la cantidad de agua que estaban perdiendo a la atmósfera a través de sus hojas", añadió Bretfeld, quien es investigador postdoctoral en la Universidad de Wyoming.
Los árboles más jóvenes sufrieron más por la falta de agua, probablemente porque sus sistemas de raíces menos profundas no podían acceder a la almacenada en el suelo, pero la savia fluyó más rápido en ellos.
A medida que la sequía empeoraba, la velocidad del flujo de savia aumentó significativamente en los bosques más antiguos, cuyos enormes y frondosos doseles perdieron cantidades impresionantes de agua hacia la atmósfera, lo cual no es un problema para los bosques más jóvenes con coronas más pequeñas, explicó el Smithsonian.
Bretfeld señaló que este tipo de conocimiento puede ayudar en el diseño de la llamada "reforestación inteligente", pues permite tomar "decisiones sobre qué especies de árboles plantar para lograr diferentes objetivos de uso de la tierra".
"Este estudio es el ejemplo perfecto del vínculo entre ciencia básica y aplicada, porque resalta la necesidad de considerar la tolerancia a la sequía a medida que reforestamos áreas húmedas, pero propensas a la sequía", añadió.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Ciudad de Panamá es una unidad de la Institución Smithsonian, que promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos y fomenta la conservación, indicó el organismo.
"Mientras, los bosques más antiguos se veían más afectados por la cantidad de agua que estaban perdiendo a la atmósfera a través de sus hojas", añadió Bretfeld, quien es investigador postdoctoral en la Universidad de Wyoming.
Los árboles más jóvenes sufrieron más por la falta de agua, probablemente porque sus sistemas de raíces menos profundas no podían acceder a la almacenada en el suelo, pero la savia fluyó más rápido en ellos.
A medida que la sequía empeoraba, la velocidad del flujo de savia aumentó significativamente en los bosques más antiguos, cuyos enormes y frondosos doseles perdieron cantidades impresionantes de agua hacia la atmósfera, lo cual no es un problema para los bosques más jóvenes con coronas más pequeñas, explicó el Smithsonian.
Bretfeld señaló que este tipo de conocimiento puede ayudar en el diseño de la llamada "reforestación inteligente", pues permite tomar "decisiones sobre qué especies de árboles plantar para lograr diferentes objetivos de uso de la tierra".
"Este estudio es el ejemplo perfecto del vínculo entre ciencia básica y aplicada, porque resalta la necesidad de considerar la tolerancia a la sequía a medida que reforestamos áreas húmedas, pero propensas a la sequía", añadió.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Ciudad de Panamá es una unidad de la Institución Smithsonian, que promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos y fomenta la conservación, indicó el organismo.